Los seres humanos a diferencia de otras criaturas enfrentamos cada día el reto de tomar decisiones. Desde el momento en que despertamos hasta que anochece estamos tomando decisiones constantemente. La mayoría de esas decisiones las tomamos para que nos lleven a las metas que nos hemos propuesto. Planear o fijarse metas es algo que Dios recomienda en su Palabra y lo hace porque El mismo planea y se fija metas.
El problema nuestro es planear nuestra vida sin tener en cuenta los planes que Dios ya tiene para nosotros de antemano. El planear sin Él, solo alimenta nuestro ego y sirve a nuestras ambiciones personales que al final nos afligen, nos causan dolor y dejan vestigios de miseria. Esos resultados jamás asoman cuando en nuestros planes están los planes de Dios presentes. El vivir en sus planes nos trae gozo indescriptible aun en las ocasiones en las que a nuestro juicio no tiene sentido.
Y cuales son los planes de Dios para mí? “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” (Jeremías 29:11) Estas corriendo el camino para lograr Sus planes? O los tuyos?