Jacob se vio obligado a hacer un viaje lejos de su casa y con la incertidumbre de si volvería algún día a ver de nuevo su gente y la tierra donde nació y creció. En su camino se encontró con un pequeño oasis en donde vio la gloria de Dios y experimento la dulzura de su compañía. Fe allí en donde prometió entregarse por completo a El a cambio de su compañía permanente y su bendición sin saber que miles de años mas adelante Dios desafiaría a su pueblo creyente a “probarle” a El (Malaquías 3:10) dándole participación en las finanzas personales a través de la practica del diezmo y el resultado fue contundente. No solo adquirió bienes materiales y una familia numerosa y bendecida sino que Dios mismo le protegió frente al intento de su tío y suegro Laban (Génesis 31:42) por despojarlo de sus riquezas honestamente adquiridas a base de su fe en Dios, su trabajo y disciplina.
Existen quienes argumentan que no debiéramos dar el diezmo, ellos están en la insostenible postura de creer que nosotros los que vivimos bajo el Nuevo y Superior pacto, y que tenemos la naturaleza amante de Jesús que él nos ha impartido, debiéramos dar menos que aquellos que vivían al amparo del Pacto Antiguo.
Ciertamente los cristianos que vivimos bajo el Nuevo Pacto y que gozamos del amor de Jesús en nuestros corazones, debiéramos ser aun más generosos que aquellos que vivían bajo el Viejo Pacto y no tenían la naturaleza amante de Jesús.
Analiza el testimonio de aquellos que diezman como el empresario William Colgate. Hay sin duda miles de cristianos que pueden testificar de cómo el diezmo ha revolucionado sus vidas cristianas – emocionalmente, espiritualmente, y materialmente. Muchos podrían contar del gozo que se experimenta al diezmar y promover esta práctica entre quienes no diezman.
Sin embargo, ¿cuántos cristianos conoces que podrían testificar de cómo el diezmar sistemáticamente por años les ha arruinado la vida por lo que ahora intentan convencer a sus amigos de que no diezmen? En la experiencia te vas a encontrar con charlas acerca del diezmo y notaras que quienes diezman expresan su gozo, felicidad, paz y comparten con otros los beneficios de diezmar y quienes no lo hacen viven sumidos en su necesidad intentando siempre salidas que les lleva al mismo sitio.
De que lado te encuentras tu? Recuerda: “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.” (Hageo 2:8) de la manera en que obedezcas a Dios y creas en su palabra tu vida testificara como Jacob, o como muchos otros ahí afuera. Entrégale tu corazón (Mateo 6:21), deja que el dirija tus finanzas, no te conformes con menos, se bendito de Dios, se prospero, se FELIZ!