La sabiduría es el tesoro más buscado por el hombre desde el mismo jardín del Edén. Allí Eva sucumbió a la tentación al ver que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría (Génesis 3:6). Desde allí, y repetidamente, el hombre la ha buscado en todos los rincones de la tierra. Muchos creen saber dónde se esconde, dentro de las cuatro frías paredes de un monasterio; Algunos reclaman haberla encontrado, sentados perplejos en la cima de un monte, otros deliberando con toda suerte de palabrería en el aula de una universidad o un recinto religioso. Pero la verdad es que la sabiduría autentica, la sabiduría divina viene de Dios. Ella no se proclama, se demuestra. No reside en mera palabrería, es acción. Sabiduría no es teoría, es práctica y por ende entrega resultados.
Con que clase de sabiduría puede tu familia identificarte hoy a ti?