Gran multitud de los judíos supieron entonces que él estaba allí, y vinieron, no solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien había resucitado de los muertos. Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús. (Juan 12:9-11)
Cada vez que un creyente en Jesucristo manifiesta la viva presencia de Dios en su vida a través de su testimonio de cambio y vida abundante se convierte en una amenaza para el reino de las tinieblas. Lázaro estuvo muerto, pero el poder maravilloso de Jesús le trajo a la vida y hubo muchos testigos presenciando este milagro maravilloso. Muchas personas han reclamado haber resucitado a alguien o ellos mismos haber resucitado pero nunca hay solo testigo que lo pueda corroborar; en el caso de Jesucristo, el siempre hace milagros a la vista de muchos testigos que lo pueden afirmar. Si el cambio redentor y el proceso santificador ocurre en ti, ten en cuenta que muchos se van a alegrar y van a celebrar contigo, pero también a muchos esto les va a molestar y van a querer hacer lo mismo que los principales sacerdotes acordaron acerca de Lázaro ya que tu testimonio pone al descubierto su pobreza espiritual. No te calles, los milagros compartidos son como cerillos que encienden pasión en la vida de muchos que necesitan encontrar a Cristo.